Aparte de las razones religiosas o espirituales, existen otras muchas razones por las que visitar Santiago en un año tan especial. La ciudad ofrece un gran abanico de posibilidades culturales y de ocio en su agenda y además está repleta de rincones especiales impregnados de magia y sabiduría popular. ¿Desea conocer sus secretos mejor guardados?

Recorrer sus parques

La Alameda de Santiago alberga más secretos de lo que pudiera parecer, desde la historia que combina realidad y rumorología en torno a las figuras de las Dos Marías, hasta el Banco dos Namorados que, según cuenta la leyenda, usaban los amantes para hacerse llegar mensajes.

Maruxa y Coralia, también conocidas como las Dos Marías o las Dos en Punto, fueron dos costureras santiaguesas de principios del siglo XX con mucho carisma. En su honor se esculpió una estatua que ahora se encuentra en la alameda de la ciudad. Cada cierto tiempo la estatua cambia de color con los nuevos atavíos con los que visten a las dos estrafalarias señoras. Se dice que las mujeres se reunían todos los días para pasear por el parque, todo con la esperanza de encontrar marido, pues ambas estaban solteras. Ahora muchos de los viajeros que pasan por la ciudad no pueden resistirse a la tentación de sacarse una foto con ellas, cada cual más original que la anterior. A nosotros nos encanta, y nos haría mucha ilusión que se etiquetara a nuestro hotel con ellas: ¡dejamos abierto el reto!

Por su parte, no muy lejos de la estatua, hay un banco muy especial que lleva el nombre de Banco dos Namorados no por casualidad. Según la creencia popular, a lo largo del siglo XX el lugar fue usado como punto de encuentro para amantes que no querían ser vistos juntos públicamente o a los que no se lo permitían. La característica que lo hace único es que, con sus catorce metros de diámetro y cinco de profundidad, puede transmitir a la perfección los susurros de un lado a otro. Así, los enamorados acudían a cada uno de los extremos acompañados de una carabina disimulando o vigilando, según el caso.

Descubrir el casco histórico

El mercado de Abastos también es un lugar que merece la pena visitar, y uno de los más coloridos de Santiago. En su interior alberga diversos puestos de marisco, pescados, carnes, verduras, frutas y más. No muy lejos de allí está situado el Arco de Mazarellos, la única de las puertas de la antigua muralla que se ha conservado. A día de hoy aunque la muralla no es visible como tal, se conservan evidencias de su existencia en su trazado y tramos de su ruta.

Ver la ciudad desde las alturas

La catedral ofrece la oportunidad de ver la ciudad de una forma especial, desde las alturas. Sus torres, cúpulas y pináculos se abren ante el espectador provocando un magnífico juego de luces y sombras. A casi 300 metros de altitud, a 30 metros por encima de la Plaza del Obradoiro, el visitante podrá disfrutar de una panorámica envolvente de la ciudad.

Una de las curiosidades de la catedral es que una de las torres está inclinada. Se trata de la torre de las Campanas y su inclinación es de nada más y nada menos que 40 centímetros. Tradicionalmente, cuando esto sucedía, se añadían arbotantes, lo que le ha conferido un aspecto muy curioso. Además, en una de las paredes de la catedral también se dice que hay escondido un “peregrino eterno”, lo que no es otra cosa que una sombra proyectada de forma que simula un peregrino. A su alrededor existe más de una leyenda.

Visitar al «avó» del bosque

El carballo del bosque del Banquete de Conxo, casi ganador del premio al mejor árbol europeo este año 2022, se encuentra a 200 metros de la conocida como “Fuente de la Virgen de la Concha” (importante lugar de culto y peregrinación). Lo que tiene de especial es que tiene más de 250 años de antigüedad y durante el último siglo ha permanecido en un lugar cerrado al público.

Además, este árbol presenció, el 2 de marzo de 1856, el Banquete Democrático de Conxo, un acto organizado por estudiantes universitarios y artistas donde los jóvenes quisieron servir la mesa a los artesanos y obreros, como un símbolo revolucionario de igualdad, libertad y fraternidad (los valores de la Revolución Francesa).

Visitar a Rosalía de Castro

La escritora Rosalía de Castro, una de las autoras gallegas más universales, está enterrada en Santiago de Compostela, concretamente en el Panteón dos Galegos Ilustres, en la iglesia del convento de San Domingos de Bonaval (junto al parque del mismo nombre). En este panteón también se encuentran los restos de otros personajes ilustres como Castelao, Domingo Fontán o Ramón Cabanillas.

Conocer sus playas

Aunque la ciudad esté colmada de recovecos sorprendentes e inundada de leyendas con las que poner los dientes largos a cualquier viajero, el litoral gallego se encuentra muy próximo y en coche se llega volando. La salvaje costa gallega es un escaparate al Atlántico que no deja indiferente a cualquiera.

Y es que a tan sólo 20 minutos se encuentra Noia, villa medieval que en la antigüedad era conocida como el “Puerto de Compostela”, pues allí desembarcaban aquellos que hacían el antiguo camino del Portus Apostoli. Vecina a este ayuntamiento, la villa marinera de Muros, con su aire evocador y colorido, ofrece al visitante la posibilidad de disfrutar de unos maravillosos atardeceres sobre su ría, y muy próxima se encuentra la playa de Carnota, la más larga de Galicia. Hacia el lado contrario de Noia, está ubicada la localidad de Porto do Son, que no sólo cuenta con una variedad de playas impresionantes, sino también con uno de los lugares más bellos de Galicia, el asentamiento castreño de Baroña.

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